¿Es correcto y eficaz esperar a la celebración del partido del jueves para establecer el entrenamiento semanal, que se actualiza al dia siguiente, y así hacerlo con los jugadores que mejores tiempos de juego hayan tenido? ¿O es mejor programar el entrenamiento cuanto antes, a partir de cada actualización, condicionando las alineaciones de cada partido de la semana a la obtención de los minutos necesarios?
Lo pregunto porque he visto que el mismo viernes, el entrenador ya comunica el inicio del entrenamiento programado y, sin embargo, no comunica cualquier alteración del mismo a lo largo de la semana.