Pasados los días, pero todavía con los comentarios sobre el pasado combate inundando las calles de Roma, para los hispanos tocaba ya concentrarse en el siguiente combate frente a los judíos. Un pueblo batallador y combativo que había venido a demostrar a Roma que el arte de la guerra es algo que corre por sus venas. Tras la victorias antes galos y romanos, dos de los más fuertes rivales del Torneo, Lizaranzu no quería que sus hombres cayesen en un estado de euforia y confianza siempre peligroso. “Compañeros, os quiero recordar que hemos venido a Roma a ganar. Ya sabemos que si no salimos a combatir con los cinco sentidos las cosas pueden salir mal. Cada vez estamos más cerca. Sigamos peleando con mano firme y sigamos avanzando con paso firme hacia nuestro objetivo final. Por nuestras familias, por nuestros pueblos, por Hispania. FUERZA Y HONOR”
Un sentimiento, unos colores, una pasión: CHORIMA BASKET