Pues yo estoy totalmente de acuerdo con macarronet. Para mí, la premisa es lo deportivo, y como consecuencia de ello, después viene lo económico. Yo tampoco hubiera llegado tan relativamente pronto a II, sino hubiera primado el hecho de ser competitivo deportivamente sobre lo demás. No tengo ninguna duda de la importancia de sembrar ampliando progresivamente el pabellón, para después recoger obteniendo unas buenas taquillas indefinidamente, pero insisto, prefiero mi modelo al de Universidad de Cambre.
El invertir desproporcionadamente desde una categoría baja supone un enorme sacrificio, tanto en lo económico (dado el nivel de ingresos que se percibe), como en lo deportivo (por no poder mejorar el equipo como posiblemente necesitarías para ascender).
Por ejemplo, yo con un pabellón ridículo para la categoría (poco más de 9.000 plazas), consigo en II una recaudación como la que comenta arma que ingresa Universidad de Cambre, y tengo un equipo que es perfectamente competitivo en la categoría, o sea, sin peligro de descenso, al menos por ahora. Es más, tengo superávit semanal de $30.000. A su vez, UdC aunque consiga llenar el pabellón cada semana, tiene unos ingresos sensiblemente inferiores a los que tendría en categorías superiores, puesto que, llenando el pabellón, podría fijar precios más altos si estuviera en III o en II, y por tanto optimizar sus ingresos. Ello, teniendo en cuenta que el coste de cada asiento es el mismo se esté en VI ó en ACBB.
Es evidente que, como casi siempre, lo mejor es encontrar el equilibrio y mejorar más o menos en paralelo, lo deportivo y lo referente al pabellón, pero puestos a dar preferencia a lo uno o lo otro, lo tengo muy claro.
Un saludo