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La verdad es que nunca me han gustado mucho las elecciones... Me paro a pensarlo, y la verdad es que sólo alcanzo a ver una hipoteca, una hipoteca que dura dos temporadas, en la que tienes que poner tu mejor cara para que te la concedan, tienes que ser amable, demostrar lo que vales, o en su caso, de no valer, por lo menos hacer creer que si que vales.
Si tienes la "suerte" de que te concedan la hipoteca, llega la parte sucia, la parte en la que te la juegas. Partido a partido se te va a exigir el máximo (todos prometen lo mejor, lo que sin duda "nos merecemos y nos corresponde"(yo no diría nunca eso, pero por lo que estoy viendo debo estar bastante equivocado)), y probablemente una cagada antes de tiempo y la pendiente se multiplica, una salida de tono y te cargas el buen clima, y al final lo que empezó como un proyecto cargado de ilusión, se convierte en una carga pesada y difícil de llevar...
Claro que también existe la posibilidad de que todo salga bien, que semana a semana cumplas con las expectativas, demostrando lo que sabes y lo que vales, y al final del mandato la gente se rinda ante tu saber...
El listón no está alto, está por las nubes... Está tan alto que tan sólo se puede superar con un margen de error nulo... Pero aun así hay valientes que se atreven.
Sinceramente, y sin pretender faltar a nadie, ni a la calidad de los candidatos, ni sus dotes de mando, organización, selección, preparación y demás cualidades, me huele a mi que antes de dos temporadas alguien va a tener que asumir un batacazo de los gordos...
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