Que tras la lesión de Gorzel hoy me vayan a untar en B3, y muy probablemente en breves en copa y en liga, no es nada comparado con la exagerada satisfacción, la desbordante alegría, el extremado gozo, el desorbitado alborozo, el placentero regocijo y el desmesurado júbilo de acabarme de dar cuenta de que la semana que viene la Ñ juega contra Polonia. Vamos, Ñ.
PD: Nunca uséis médicos de nivel 6.