Estás en medio de un mal ciclo. Como no ganas los partidos cómodamente, tus suplentes, pese a tener nivel para salir a cancha no juegan porque tu entrenador intenta ganar el partido manteniendo a los titulares, los que tu le has dicho que son los mejores. Evidentemente sacará más a los suplentes si su nivel es bueno, pero no si el partido va mal, entonces mantendrá a los titulares. Por consiguiente no conseguirás cuadrar las formas, lo cual hace que tu equipo siga perdiendo partidos y siga abusando de los titulares. Esta fue mi experiencia la temporada pasada.
Esta temporada las cosas han cambiado mucho. Mis entrenables acabaron la temporada pasada a un nivel aceptable para ganar algún partido. Comencé con cierta fortuna ganando encuentros clave (fuera de casa, rivales directos,..). Como ganaba, mis suplentes salían a jugar. Como lo hacían, cumplía mejor con el minutaje y repercutía en una mejora de las formas. La mejora de las formas me hizo ganar más partidos y que mis suplentes siguieran distribuyendo minutos con los titulares de forma apropiada.
Esto en teoría de sistemas se llama un bucle de retroalimentación positiva. Jugar mejor te hace jugar todavía mejor mientras que perder partidos hace más probable seguir perdiéndolos. Para mi gusto es un mal diseño de las reglas de juego, que si favoreciesen la competitividad implicarían mecanismos para que el que gana más deje de tenerlo tan fácil y el que obtiene malos resultados lo vaya teniendo cada vez más fácil para solucionarlo. Es cierto que hay otro conjunto de medidas que intentan paliar esto, como el draft, el sueldo exponencial de los jugadores según mejoran habilidades,... pero en particular, el minutaje y la gestión del entusiasmo se ven tremendamente favorecidos en caso de tener un equipo ganador, lo cual genera desequilibrios que para mi no son deseables, aunque para gustos colores.